Analizamos la situación actual de la mujer como profesional en el Sector Joyero de la mano de seis empresarias con una amplia trayectoria, que nos explican cómo ha sido su camino para llegar a su posición y las cuestiones en las que aún hay que avanzar.
Para llevar a cabo este reportaje tenido la suerte de contar con una muy variada representación de profesionales del panorama joyero español, pero que cuentan a su vez con un extenso conocimiento del entorno europeo e internacional, con experiencia en la empresa privada, y también como autónomas, al tiempo que como presidentas de Organizaciones empresariales del Sector. Y esto incluye a su vez diversos ámbitos de la actividad como son el diseño y fabricación de joyas, la gemología y la tasación, el comercio minorista, e incluso, de las ferias profesionales de joyería.
En total han sido siete las entrevistadas, entre las que se encuentran la presidenta de la Asociación Española de Joyeros, Plateros y Relojeros (AEJPR), Cristina Yanes; la presidenta de la Asociación de Tasadores de Alhajas, Erika Junglewitz; la presidenta de la Asociación Joyas de Autor, Liane Katsuki, la presidenta de la Asociación de Joyeros, Plateros y Relojeros de Ciudad Real, Ángela Adán, y las diseñadoras Sonia Ruiz y Hannah Rodríguez, propietarias de la firma Gold&Roses.
Además contamos con una entrevista a la presidenta de la recién estrenada asociación Mujeres Brillantes, Ali Pastorini, que desde Iberoamérica acaban de lanzar esta iniciativa con carácter global que busca transmitir y poner en común ideas con las que resituar a la mujer en el liderazgo que merece en el Sector Joyero internacional.
Oportunidades en España
La primera cuestión en la que coinciden la mayoría de las profesionales encuestadas es la igualdad de oportunidades para la mujer en el Sector Joyero español, como recuerdan tanto desde Gold&Roses como la presidenta de Ciudad Real "después de años de reivindicaciones" aunque Erika Junglewitz añade algunos matices.
Para la presidenta de los Tasadores, esta cuestión tiene mucho que ver con el segmento de la industria al que nos refiramos: "es posible que una mujer tenga menos problemas entre los diseñadores que entre los engastadores, aunque la excepción confirma la regla", sostiene Junglewitz. En el lado contrario se sitúa Liane Katsuki, que no tiene tan claro que esta igualdad sea del todo real aún en estos tiempos, aunque sí reconoce que "se ha avanzado mucho en los últimos años".
Dificultades profesionales
En este caso, el hecho de ser mujer ha causado a todas algún tipo de dificultades a lo largo de su carrera, especialmente en el terreno laboral. Ángela Adán diferencia precisamente entre trabajo y formación ya que "en mi formación académica nunca me he encontrado con complicaciones, pero sí en el terreno profesional", asegura.
Aquí coinciden también Sonia Ruiz y Hannah Rodríguez, que destacan el "machismo" persistente que existe en algunos ámbitos laborales, pese a que las oportunidades sean las mismas. Liane Katsuki lo ejemplifica en una cuestión muy clara, "Cuando hay una presentación de un proyecto a realizar, o en un concurso, siento claramente que la preferencia está en adjudicar la obra a los artistas masculinos", sentencia.
La presidenta de la Asociación Nacional, Cristina Yanes, pone de manifiesto que, en algunos ámbitos como la empresa familiar ha sido donde estas dificultades han aflorado principalmente, pero también coincide en que "hemos superado ya esa fase y seguimos caminando".
La raíz del problema
En este aspecto sí que podemos decir sin ambages que el origen de esta problemática ha venido residiendo –y en algunos casos aún persiste– en la educación, tanto en el propio núcleo familiar como en la escuela y el entorno. Aunque "afortunadamente, las nuevas generaciones trabajan más desde la igualdad", aseguran tanto Ángela Adán como Sonia y Hannah.
Erika Junglewitz y Liane Katsuki achacan estas situaciones a un complejo cóctail que aúna cultura, genética y tradición: "Yo diría que, más que machismo, es una mezcla de costumbre, tradición y cierta comodidad y resistencia por parte de los hombres de no cambiar lo que les resulta fácil. Y también por parte de algunas mujeres faltan ganas de insistir y de luchar por sus derechos" apunta Erika.
Pese a todo, los cambios son evidentes y nuestro país no se encuentra precisamente a la cola en igualdad de oportunidades respecto a los países de nuestro entorno y el resto del mundo. Eso sí, no sin un arduo trabajo detrás, como recuerda Cristina Yanes, que señala que "han tenido que pasar 40 años para que una mujer sea la presidenta de los joyeros a nivel nacional".
En ámbitos como las ferias internacionales o el contacto con clientes y proveedores a lo largo del mundo, las entrevistadas destacan que en este sentido, cultura y religión suelen ser las cuestiones que marcan la diferencia. "Dependiendo de qué países, los más parecidos al nuestro, quizás, son menos machistas", señala Ángela Adán. Para Yanes, "lo que en Europa son resquicios de machismo en Oriente son situaciones normalizadas de machismo". Al parecer de Erika Junglewitz, "en todos los países europeos faltan todavía pasos por dar para llegar a una plena igualdad, aunque probablemente menos en los países escandinavos".
Soluciones propuestas
"Cambiar la mentalidad a corto plazo es muy complicado", apunta Ángela Adán, "las imposiciones nunca son buenas, el tiempo y la profesionalidad de las mujeres va diluyendo este aspecto" añade. Pero no obstante siempre hay que "insistir, insistir e insistir en todos los niveles. Empezando por la educación de los niños en nuestras casas y en los colegios" explica Erika, que coincide en este sentido con las responsables de la firma Gold&Roses.
Para Liane Katsuki también se trata de una cuestión de confianza: "Es necesario dar a las mujeres la confianza y cargos de responsabilidad, como hacen con los hombres.. Para tener las oportunidades de demostrar nuestra capacidad".
¿Una política de cuotas?
Uno de los planteamientos más extendidos precisamente para alcanzar la paridad de la mujer en el ámbito laboral es establecer una política de cuotas en la empresa, como ya sucede en algunas administraciones públicas, pero ¿quién le pone el cascabel al gato?
La presidenta del Gremio de Ciudad Real es manifiestamente contraria a ellas: "No creo en las cuotas. Creo en las competencias profesionales y en la excelencia en el trabajo", señala Adán. De la misma opinión son Hannah Rodríguez y Sonia Ruiz: "No creemos en las cuotas sino en la igualdad, y en que si una persona hace el mismo trabajo que otra tenga el mismo sueldo y las mismas oportunidades".
Para Liane Katsuki esta igualdad debe venir de una forma natural, impuesta por la propia sociedad, aunque Erika Junglewitz sí las ve necesarias, pero con matices. "Realmente no me gustaría creer en las cuotas, pero visto lo visto, a lo mejor es necesario empezar por allí". En cualquier caso, añade Erika, "a lo mejor en vez de imponer cuotas, lo inteligente sea "dar más facilidades a los que cumplan con esta paridad".
La presidenta de la Asociación nacional niega directamente esta posibilidad en la empresa privada. A juicio de Yanes en todo caso, esta es una cuestión que "sólo se puede imponer en el ámbito de lo público, no en la empresa".
Maternidad y conciliación
Finalizamos esta encuesta entre las profesionales del Sector Joyero con la que seguramente en una de las cuestiones que más llena de argumentos a quienes rechazan la plena integración de la mujer en el ámbito ejecutivo: la maternidad.
Para Gold&Roses es una cuestión "muy complicada si tienes un cargo de responsabilidad". "No te queda más remedio que seguir trabajando" señalan Sonia y Hannah. En esta "complicación" coincide Erika Junglewitz con el argumento de que es una cuestión que "no siempre es culpa de la alta dirección sino que en un momento dado es la propia mujer la que tiene otras prioridades a la hora de elegir entre el éxito profesional y su vida particular. Aunque quiero creer que esto va a cambiar paulatinamente con un mejor reparto de tareas y responsabilidades en las casas".
Para Yanes, por el hecho de ser empresaria ––y por la fortuna de una buena salud que le permitió una vuelta al trabajo más rápida–– no le quedó más remedio que ir directamente de la clínica al trabajo. El resto, explica, "es una cuestión que depende mucho de las condiciones, de las ideas y circunstancias de cada uno".
Sea como sea se trata de una de las principales renuncias de la mujer a la hora de escoger entre carrera y familia, en unos casos temporal y en otros definitivamente. No queda más que multiplicarse o renunciar, pero ¿vivir no es andar un camino renunciando siempre a todas las demás cosas?